El voluntariado corporativo ha llegado tarde a nuestro
país, pero se impone con fuerza. Desde hace unos pocos años, crece el
número de empresas que dedica una parte de sus recursos, y de la jornada
laboral de la plantilla, a realizar su actividad en beneficio de la
sociedad. Pueden ser cursos de cocina -si la empresa es de
restauración-, de conservación de la flora o la fauna, de tipo cultural,
etcétera
Durante este año, el 65% de las empresas de más de 500
empleados ha desarrollado algún tipo de iniciativa de voluntariado
corporativo. Así se desprende del "Informe del voluntariado corporativo
en España 2010", realizado por Cooperación Internacional ONG e IESE
Business School, en el marco del Observatorio de Voluntariado
Corporativo.
Del estudio se desprende que son los bancos, las
"telecos" y las empresas de alimentación las que más están desarrollando
actividades de voluntariado corporativo. Los vientos de crisis
modificaron el ránking recogido por el Observatorio en 2009, porque el
año pasado era el sector de la construcción el que ocupaba el primer
puesto, tanto en actividades como en recursos dedicados a voluntariado,
cuando ahora se ha descolgado hasta el séptimo puesto
Orgullo y habilidad
¿Qué razones llevan a las compañías a realizar labores de
voluntariado corporativo? Es evidente que las actividades de las
empresas en favor de causas solidarias benefician a la sociedad, pero,
¿qué contrapartidas tienen para las compañías? Icíar Lumbreras,
directora ejecutiva del Observatorio del Voluntariado Corporativo y
directora de RSC de Cooperación Internacional ONG -las entidades que han
realizado el informe- señala dos objetivos fundamentales que impulsan a
los empresarios a lanzarse a realizar labores de voluntariado
corporativo
Por un lado, estas actividades fomentan el «orgullo de
pertenencia» y ayudan a potenciar algunas habilidades de los empleados.
Pero también son beneficiosas para la imagen externa de la empresa,
«sobre todo, en cuanto a captación del talento», afirma la responsable
de Cooperación Internacional ONG, ya que «en nuestra sociedad, el
capital humano es el mayor valor y ese capital humano exige este tipo de
acciones». Lumbreras pone de ejemplo a los jóvenes, que valoran
especialmente este tipo de iniciativas, y que ven con muy buenos ojos a
una empresa que realiza labores de voluntariado corporativo. «Al final,
las empresas funcionan con personas», añade
Precisamente, la buena acogida -o no- de la plantilla a
estas acciones de voluntariado corporativo es lo que más preocupa a las
empresas a la hora de plantearse iniciar labores solidarias. Entre otras
cosas, porque algunas empresas desarrollan estas labores fuera de la
jornada laboral, quitando tiempo de su vida personal a los empleados. «A
veces, sobre todo cuando empiezan con estas acciones, la respuesta de
la plantilla es baja. Sin embargo, esto es un proceso continuo y, poco a
poco, va ganando fuerza», asegura Lumbreras
Cultura de la empresa
Y es que el voluntariado corporativo debe integrarse en
la cultura de la empresa. «De ese modo, los empleados ven que es algo
continuo y no un hecho puntual», añade la experta. Sin embargo, a la
hora de animar a los empleados a ocupar parte de su tiempo -ya sea
dentro de la jornada laboral o fuera de ella- a acciones de voluntariado
es el boca a boca. «Es lo que, al final, funciona mejor», afirma Icíar
Lumbreras.
Pero los tiempos de crisis son malos para todos, incluso
para las buenas acciones. Según el informe del Observatorio de
Voluntariado Corporativo, el 60% de las empresas que no realiza acciones
de voluntariado manifiesta como razón tener otras prioridades, «lo que
puede considerarse un claro indicador de la situación económica que
atraviesa el país», dicen los autores del informe
Icíar Lumbreras pone el acento en la paradoja que,
precisamente, la mala situación económica ha creado en el voluntariado
corporativo. Por un lado, el 96% de las empresas valora como excelentes
sus acciones de voluntariado corporativo, pero más de la mitad va a
invertir menos de 10.000 euros en estas iniciativas. «Es un punto que
hay que mejorar y trabajar», añade Lumbreras
Jóvenes en la cocina
Según el informe, el tipo de beneficiario al que se
dirigen las acciones de voluntariado de las empresas es son,
principalmente, infancia y juventud -63%-, discapacitados -54%- e
inmigración -34%-.
Precisamente, el grupo de hostelería Tragaluz ha ganado
recientemente el galardón de Voluntariado Corporativo en los XIV Premios
Codespa, cuyo presidente de honor es el Príncipe de Asturias, por hacer
posible el proyecto de voluntariado corporativo que trata de apoyar a
jóvenes de bajos recursos, en riesgo de exclusión, ayudándoles a
formarse profesionalmente en el negocio de la hostelería y la
restauración
«Se trata de inmigrantes o chavales que han llegado en
patera y que es difícil que entren en el mundo laboral», indica Paula
Ostina, directora de la Fundación Tragaluz. José Santiago, jefe de
cocina, organiza cursos de formación y se les da trabajo dentro del
grupo, donde siempre necesitan gente. La disposición de estos jóvenes
hacia el trabajo es enormemente positiva. «Son los más agradecidos. No
reniegan, por ejemplo, de los horarios, como sí ocurre con muchos chicos
que vienen de la escuela de hostelería. Son impecables», asegura
Ostina
El grupo Tragaluz, dueño, entre otros muchos
establecimientos, del barcelonés Hotel Omm, lleva cinco años poniendo en
práctica este programa de voluntariado corporativo. Los cursos duran
dos semanas, pero ya están pensando en ampliar este tiempo, para que
estos chicos vayan más preparados.