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imagen: www.observatoriovc.org | |
Clara Ventura- Madrid (EFE) El "voluntariado corporativo", un fenómeno en progresivo
crecimiento en España, surge cuando las compañías se ponen de acuerdo
con las asociaciones sin ánimo de lucro, que les proporcionan una serie
de proyectos que la propia empresa pone a disposición de sus
trabajadores
La iniciativa ha cobrado durante los últimos meses un
nuevo impulso al amparo de la celebración del Año Europeo del
Voluntariado.
"Nosotros formamos a los voluntarios y coordinamos
todo, mientras que las empresas tienen que pensar de qué manera van a
involucrar a sus empleados en los programas", dice Juan Ángel Poyatos,
subdirector de la ong Fundar.
Esta organización, por ejemplo, emplea a este tipo de
voluntarios para ir a las prisiones y compartir con los reclusos algunas
actividades, como "jugar al fútbol con ellos, promover el empleo, crear
talleres o impartirles clases de baile y de idiomas", cuenta a Efe Juan
Ángel.
En otros casos, los trabajadores se trasladan a países
subdesarrollados para participar en proyectos que puedan mejorar el
nivel de vida de la población.
Es el caso de Cristina Michot, cuya empresa, La Caixa,
le ofreció la posibilidad de viajar a Lima (Perú) para colaborar con una
asociación de personas disminuidas físicas que fabrican sillas de
ruedas en un taller.
"Les ayudamos, entre otras cosas, a elaborar un
análisis del proyecto y les enseñamos a hacer un estudio de costes, para
que vean lo que es viable y lo que no", narra Cristina.
Para desplazarse a Perú, esta empleada aprovechó sus
tres semanas de vacaciones, algo que también hizo su compañero de La
Caixa, Andreu Sola, que se trasladó hace dos años a una aldea en la
selva de Nicaragua con el objetivo de ayudar a sus habitantes a crear
una cooperativa agrícola.
"A cambio la empresa no te da días, pero te paga el transporte", detalla Andreu.
Los últimos datos del Observatorio del Voluntariado
Corporativo reflejan que en España el 65 por ciento de las empresas con
más de 500 empleados realiza este tipo de actividades, sobre todo en los
sectores de la banca, de las telecomunicaciones y de la alimentación.
Los principales objetivos que buscan las compañías al
impulsar las ayudas solidarias entre sus empleados son, según ese
Observatorio, reforzar el "orgullo de pertenencia" (a una empresa),
mejorar el clima laboral y contribuir a desarrollar las capacidades de
los empleados.
Sin embargo, para Sergi Burrull, responsable de
CooperantesCaixa (el departamento de esta empresa que gestiona el
voluntariado corporativo), los beneficios deben ir dirigidos, sobre
todo, a "las poblaciones a las que ayudan los programas".
Como ejemplo del reforzamiento de la "imagen de marca" y
del "orgullo" de pertenecer a ella que estas actividades reportan,
Roberto Beldad, ingeniero de Telefónica, afirma: "Me siento muy
orgulloso de que mi empresa respalde mis inquietudes sociales".
Gracias a la Fundación Telefónica, Roberto pudo viajar a
países como Argentina o El Salvador para participar en el proyecto
Proniño, que está presente en trece países de América Latina y cuyo
objetivo consiste en erradicar el trabajo infantil en estas zonas.
"Llevamos a cabo muchas actividades relacionadas con la
nutrición, el refuerzo escolar, la salud o los derechos humanos",
explica a Efe Roberto, quien también trabajó con profesores y padres
para que comprendieran la problemática del trabajo infantil.
Los proyectos solidarios que ofrecen las empresas
tienen mucha acogida entre sus trabajadores. De hecho, las plazas son
limitadas, por lo que para participar hay que pasar por una serie de
"filtros".
Roberto, por ejemplo, conoció los programas a través de
la revista interna de Telefónica y, antes de ser seleccionado, tuvo que
rellenar un cuestionario y realizar una entrevista personal.
Tanto él como el resto de voluntarios coinciden en que
repetirán este año o más adelante estas experiencias que "les han
cambiado la vida" .
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