José Manuel Durán está a punto de cumplir cinco años como presidente de la Cruz Roja Española.

No suele prodigarse mucho en las entrevistas porque le gusta estar en un segundo plano.

No obstante, su responsabilidad como presidente de la Cruz Roja Española en nuestra ciudad le pone actualmente en un primer plano de la actualidad, sobre todo porque la necesidad, en los tiempos actuales, hace que se mire mucho a esta institución.

La realización de diferentes proyectos junto a su progenitor hizo que, poco a poco, se fuera involucrando más y aceptando nuevos retos e inquietudes.

Ha liderado varios proyectos puestos en marcha en los últimos años en una organización donde valora el esfuerzo de los voluntarios y la calidad humana de sus integrantes para alcanzar unas metas que siempre se quedan cortas por aquello de que es difícil poder contentar a todo el mundo.

En los tiempos actuales, la crisis ha obligado a requerir más dosis de solidaridad debido a que se han incrementado las peticiones de ayuda por colectivos más desfavorecidos. Responder a esta demanda es, sin duda, el principal objetivo de José Manuel Durán Alguacil, un ceutí que desde mayo del 2007 tiene “el honor y la responsabilidad” de ser el presidente de la Cruz Roja ceutí.

–¿Un ceutí de Villajovita?

–Sí, mis padres se establecieron en esta barriada y allí pasé mi infancia y estudié en el colegio de la zona. Fue una época bonita, con muchos juegos en la calle y luego dedicándome a mis estudios, siendo las ciencias sociales, la historia y el conocimiento del medio las asignaturas que más me agradaban.

–¿Por qué eliges Magisterio y no otra profesión?

–Porque siempre me ha gustado la docencia ya que tiene que ver con la entrega a los demás. Además, era de las pocas cosas que se podían estudiar en Ceuta y no me había planteado irme a la península. Fue una etapa gratificante y donde hice buenos amigos.

–¿Cuándo entras en contacto por primera vez con la Cruz Roja Española?

–Lo hice desde muy joven a través de mi padre Andrés porque estaba de vocal en la Cruz Roja llevando las áreas de Salvamento Marítimo y Medio Ambiente. Yo le ayudaba en sus actividades, sobre todo en la organización de los proyectos.

–Y poco a poco te enganchas a este carro ...

–Sí, al poco tiempo entré como una sustitución en el área de formación. Me convertí en formador del voluntariado y después me hice responsable del Voluntariado Social que se creó en aquella época y que supuso un cambio importante en el ámbito de la Cruz Roja.

–¿Por qué representó un cambio?

–Porque tradicionalmente la función de la Cruz Roja había sido la de primeros auxilios pero el cambio social obligó a introducir nuevos conceptos y a realizar otros programas de ayuda social. En esa época creamos varios proyectos y buscamos los voluntarios que se hicieran cargo de la gestión de los mismos, entre ellos el de transporte adaptado, la ayuda a domicilio, la teleasistencia y el acompañamiento a personas mayores.

–Fueron proyectos que agradaron a la sociedad ¿no es así?

–Sí, de hecho después de veinticinco años todavía duran porque fuimos pioneros en ese campo de la atención. Todo ello significó mucho esfuerzo, dedicación y tener otra mentalidad para atender otras realidades.

–¿Por qué crees que tuvieron éxito esos programas?

–Porque era una necesidad ya que no había ese tipo de servicios y, por ello, todos siguen menos el de ayuda a domicilio que lo ha asumido la Administración. Además, la calidad humana del voluntariado es esencial para que los proyectos tengan éxito porque el trato que se da a las personas es lo que diferencia a la Cruz Roja.

–Después de consolidar estos programas ¿Qué labor realizas dentro de la institución?

–Pasé a ser director del departamento de formación y pusimos en marcha los programas de Garantía Social, actuales PCPI, y los programas de Compensatoria, todos ellos con el Ministerio de Educación. Hoy en día está el Servicio de Atención Educativa Domiciliaria (SADE) donde se realizan estudios sobre el absentismo escolar. Seguí como voluntario pero decidir hacer un paréntesis para preparar unas oposiciones de profesor.

–Y vuelves luego como vicepresidente ...

–Sí, León Bendayán me dijo que mi experiencia acumulada podía ser importante y acepté el cargo, el cual compatibiliza con el trabajo en el Instituto Almina, a pesar de que suponía un sacrificio para la familia y los hijos, los cuáles siempre me han apoyado en todas mis decisiones y lo siguen haciendo, lo cual agradezco enormemente.

–¿Cómo fue esa etapa como vicepresidente?

–Estuve cuatro años y me hice responsable de coordinar los proyectos sociales que se llevaban a cabo en la institución.

–¿Y cómo das el paso para ser presidente?

–Por responsabilidad ya que llevaba dieciocho años ligado a la institución y eso crea una serie de vínculos afectivos y personales tanto con los voluntarios como con el personal y la propia Cruz Roja. Por este motivo, cuando León Bendayán decidió dejarlo había que ocupar ese vacío y acepté el cargo de vocal para que luego, el Comité autonómico, me eligiera presidente.

–¿Qué supuso estar al frente de esta organización humanitaria?

–Una satisfacción, un orgullo por la confianza depositada en mí y una responsabilidad de seguir con un trabajo emprendido y tener a mi cargo a muchas personas así como muchos voluntarios. Todo el que está al frente debe ser un modelo o un referente para los miembros de la institución.

–¿Qué imagen tiene la Cruz Roja en la sociedad ceutí?

–Positiva porque los ceutíes siguen demostrando que son muy solidarios.

–¿Qué sería de la institución sin los voluntarios?

–Poca cosa porque los voluntarios son el alma de la institución ya que sin ellos no tendría sentido nada.

–Hablando un poco de los fríos números ¿Cómo está la situación en el seno de la Cruz Roja?

–Tenemos cerca de 800 voluntarios, unos 100 trabajadores y más de 2.000 socios. Estos últimos son personas que no disponen de su tiempo libre pero que quieren ayudar aportando una cuota anual. Sin todos ellos no podríamos subsistir.

–¿Qué ha cambiado la crisis económica actual?

–Muchas cosas porque ha aumentado la solidaridad y también las ayudas. Hay que tener en cuenta que los perfiles de los proyectos están cambiando y, de hecho, en el 2009 pusimos en marcha “Cerca de tí” para ayudar a la gente en esta época de crisis y hacer una Cruz Roja más cercana a las personas, es decir, hay que adaptarse a las nuevas realidades sociales.

–¿Cómo ha afectado la crisis a nuestra ciudad?

–Ha llegado un poco más tarde que a la península pero ya se nota porque hay más personas que pegan a nuestra puerta pidiendo ayudas de alimentos, del pago de facturas o de peticiones de empleo. Hemos comprobado que algunas situaciones son bastante insostenibles y requieren de nuestra ayuda aunque nuestro objetivo principal es llegar a donde no llega la Administración. Las demandas de otras oenegés pidiéndonos ayuda también se han incrementado.

–¿Qué te dicen los datos del elevado porcentaje de ceutíes que están bajo el umbral de la pobreza?

–Que se debe trabajar más y mejor porque se puede hacer mucho más. Por este motivo, se precisa una mayor coordinación entre todos los que trabajamos el aspecto social.

–¿Hay recursos suficientes para atender la demanda actual?

–Los recursos nunca son suficientes porque gastas los que tienes y nosotros hemos venido haciendo una política de ahorro para tener una economía saneada. Esta prevención ha permitido ayudar más de lo que recibimos en los últimos años.

–¿Qué proyectos tienes en mente a corto plazo?

–El de “Proximidad Local” para el 2013, el cual supondrá un cambio en la gestión del voluntariado para ayudas a todas las personas con necesidades pero a través de solicitudes realizadas por los usuarios.

–¿Qué mensaje te gustaría transmitir a la ciudadanía?

–Sólo que la Cruz Roja es una institución con más de cien años dentro de la sociedad y que Cruz Roja somos todos los ceutíes, con independencia de que sean socios o voluntarios, ya que cualquier ceutí forma parte de nosotros y viceversa.

–Finalmente ¿Cuánta cuerda te queda como presidente?

–He sido reelegido por segunda vez y me quedan tres años más.