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El paro triplica el número de voluntarios |
Fecha: 09.02.2009 |
Fuente: lasprovincias.es |
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El 60% de los nuevos colaboradores solicita realizarla prestación durante el horario laboral
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Francisco Javier, voluntario en la Casa de la Caridad, el pasado jueves, mientras colaboraba en el comedor de la institución | |
De la necesidad nace la virtud. Pero en tiempos de crisis económica, de
apretarse el cinturón, para muchos también es el germen de la de
solidaridad. Ayudar al desfavorecido. El aumento del paro ha triplicado
el número de personas que se ofrecen para ser voluntarias. A más tiempo
libre, más posibilidades de echar una mano al resto. Ya no valen las
excusas.
El arranque de 2009 ha sido significativo en este sentido. Un
crecimiento notable. Según los datos de la Fundación de la Solidaridad
y el Voluntariado de la Comunitat (Fundar), la cifra de personas que
han acudido a las oficinas para hacerse voluntarios se ha triplicado
este mes respecto al año anterior.
En total, 77 personas se han hecho voluntarias durante los días
hábiles de enero (19 días) frente a las 28 del mismo periodo del pasado
ejercicio. Cada día nacen cuatro nuevos voluntarios.
Y un dato significativo. El 60% de los interesados solicitó
realizar su acción altruista en horario laboral. Según los datos
provisionales de Fundar, casi la mitad de las personas que optaron por
esta iniciativa ya habían ayudado a oenegés en ocasiones anteriores.
Sin embargo, lo dejaron por diferentes motivos.
A Francisco Javier Martínez el drama del paro le llegó el pasado
verano. Con 40 años y familia a su cargo. "He trabajado de comercial
durante más de dos décadas. En la última empresa en la que estaba,
llevaba más de siete años". Pero la crisis obligó a una
reestructuración. Y él estaba en la lista. Mala suerte.
Desde hace tres semanas colabora en el comedor de la Casa de la
Caridad. "Me acabo de estrenar", comenta con humor. Su misión consiste
en organizar los turnos en el comedor, que la gente se sienta a gusto,
que haya orden. Falta hace porque los últimos días la Casa de la
Caridad se están batiendo récords de asistencia. Una triste
estadística.
La idea le llegó a través de dos alumnas de su mujer, profesora de
Pilates. "Ellas son voluntarias y gestionaron mi solicitud". Al cabo de
un tiempo, Francisco ya estaba trabajando. No es que su espíritu
solidario le surgiera de repente. Ni mucho menos. "Eso tiene que ver
mucho con el carácter de la personas, con ser abierto y cercano". Pero
claro, el trabajo obliga mucho.
"Pero ahora me he dado cuenta que son todo excusas. Se puede hacer
y de hecho cuando encuentre trabajo seguiré como voluntario", adelanta.
Ahora, Francisco se muestra encantado. Se ha dado cuenta de lo
"superficiales" que en muchas ocasiones somos las personas. Gente que
pide poco y se conforma con menos. "El resto necesitamos demasiado. Me
considero un privilegiado".
Este valenciano no se olvida de buscar trabajo. "Cada día",
subraya. Su currículum ya circula por decenas de empresas, pero todavía
la suerte no ha llamado a su puerta. No desiste en el empeño. "Hoy en
día cualquier cosa me vale". Así, está la vida para muchos valencianos.
Mónica. 29 años. Otra voluntaria que puede serlo a tiempo completo
desde mayo del pasado año. "Antes ya había estado colaborando, pero
siempre en épocas en que no he tenido trabajo". El final de la
excedencia de una compañera puso fin a su empleo. Entonces, fue el
momento de retomar su camino solidario.
En la oenegé Bona Gent, que trabaja con discapacitados, acude dos o
tres veces por semana. "Como tengo tiempo", explica. Allí realiza
talleres de habilidades sociales, de manualidades... "Y también hacemos
algunas salidas de excursión los miércoles".
No es que ayudar a los demás sirva como terapia para evadirse,
"sino más bien de enriquecimiento. Cuando no trabajo por dinero busco
que me aporte algo en la parte personal. Me da mucho", insiste.
La búsqueda de trabajo no le resta optimismo. Más bien todo lo
contrario. "Espero algo", comenta esperanzada. Mónica considera que en
el área social "siempre se produce mucho movimiento. No es de los
peores sectores. Hay posibilidades".
También se han dado casos, aunque se trata de una minoría, en los
que la oenegé sirve como un trampolín de cara al mercado laboral. En
especial, con asociaciones dedicadas a la tercera edad. Algunos
inmigrantes se apuntan de manera altruista confiando en que en un
futuro puedan ser contratados.
Del total de los nuevos voluntarios, el 80% son menores de 50 años,
según los datos que maneja Fundar. La juventud suele impulsar el deseo
de ayudar a los demás.
A Verónica le avalan sus 28 años. Trabajaba como esteticién hasta
que recortaron personal en su empresa. Y al paro. Pero ya desde hacía
tiempo buscaba colaborar como voluntaria. "Tardé bastante, unos seis
meses o así, en encontrar una oenegé que me gustara para trabajar con
toxicómanos y reclusos". Ahora ya la ha encontrado. Y podrá dedicarle
todavía más tiempo de sus ratos libres. El origen de esta vocación se
descubre como algo misterioso: "Había una parte de mí que me hacía ver
que era una necesidad. Ellos necesitan ese aporte".
La joven compaginará esta actividad con la siempre costosa tarea de
lograr otro empleo. "Sí, sigo buscando. Me gustaría encontrar algo más
relacionado con el maquillaje".
La Comunitat destaca especialmente por la solidaridad de sus
residentes. Para el conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael
Blasco, "en todo momento, la solidaridad de los valencianos es
admirable, pero más aún en situaciones de crisis económica".
Blasco ensalza la labor de quienes se quedan sin empleo y piensan
en ayudar a los más desfavorecidos. "Un ejemplo de absoluta
generosidad". Actitudes como estas "aportan más valor al movimiento
altruista de la Comunitat Valenciana, que cuenta con casi 75.000
voluntarios".
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