Cinco Ciudades de América Latina Fueron Seleccionadas por su Solidaridad
Fecha: 13.12.2004 | Fuente: elespectador.com
Las ciudades de Natal, en Brasil; Bogotá, en Colombia; Esmeraldas, en Ecuador; Tegucigalpa, en Honduras, y Falmouth, en Jamaica, son las ganadoras de la primera edición del premio Ciudades con Corazón.
Richard Huber, coordinador del proyecto Ciudades Solidarias  

El pasado 5 de diciembre, Día Internacional de los Voluntarios, las cinco ciudades fueron declaradas ganadoras, como reconocimiento a sus destacados logros al involucrar a sus ciudadanos en acciones de voluntariado para proyectos de desarrollo urbano, especialmente los dirigidos al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Iniciado por el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) en asociación con UN-Hábitat y la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el reconocimiento servirá como punto de referencia para destacar la excelencia en la promoción del voluntariado para el desarrollo urbano a nivel comunitario.

Las ciudades ganadoras fueron seleccionadas teniendo en cuenta diferentes criterios, tales como el nivel de asociación y compromiso civil, la importancia de las actividades emprendidas, así como la sostenibilidad y la contribución total a los ODM.

Richard Huber, coordinador del proyecto Ciudades Solidarias: Apoyo al Voluntariado Intra-Ciudades de VNU, dice que el premio tiene su origen en este proyecto piloto. El proyecto, que comenzó en 2002 y finalizó recientemente su fase experimental, se basa en la idea de que el voluntariado representa un activo significativo e infrautilizado que puede contribuir al desarrollo urbano, a consolidar la sociedad civil y los gobiernos locales, y a fomentar un gobierno local participativo.

“Con el proyecto Ciudades Solidarias se demuestra que el voluntariado representa un punto de encuentro para la participación ciudadana que puede dar respuesta a los problemas urbanos que afectan a numerosas ciudades”, explica.

“Este premio es un reconocimiento al esfuerzo que estas ciudades han hecho para promocionar el voluntariado para el desarrollo local y pretende ser un impulso para que otras ciudades reconozcan el rico recurso que su sector voluntario representa”.

Dos de las ciudades galardonadas, Esmeraldas y Falmouth, formaron parte del proyecto Ciudades Solidarias.

Huber dice que el premio pretende llamar la atención de otras ciudades donde el voluntariado está marcando una diferencia. El premio del año que viene invitará a ciudades de todo el mundo a participar o a nominar grupos comunitarios y organizaciones activas en desarrollo urbano.

En la ocasión del premio, Bernardo Kliksberg, coordinador general de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo, comentó que “el voluntariado –los que hacen cosas por los demás– genera en diversos países desarrollados más del cinco por ciento del producto bruto nacional en bienes y servicios sociales. El voluntariado no brota de la nada. En los países mencionados hay políticas públicas que lo promueven activamente, con desgravaciones fiscales, apoyo institucional, significativos subsidios y, sobre todo, con su cultivo en el sistema educacional. Es hora de valorizar, apoyar por todas las vías y poner en marcha este capital ético, el cual es indispensable para el desarrollo de América Latina”.

Bogotá sin Indiferencia; Bogotá sin Hambre, fue la experiencia con la que Bogotá obtuvo el galardón.

En el marco de la serie de acciones desarrolladas por la Alcaldía Mayor a través de su propuesta de Bogotá sin Indiferencia, que promueve la participación ciudadana activa a través de las Juntas de Acción Comunal, así como el compromiso individual y colectivo con una ciudad más justa para todos, se destaca el programa Bogotá sin Hambre”.

Este programa incluye un conjunto de políticas y acciones orientadas al diseño e implementación de una Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Bogotá en el marco de la ciudad-región. Con el cincuenta por ciento de la población que vive por debajo de la línea de la pobreza, el programa reconoce la responsabilidad del gobierno local de resolver necesidades básicas y a la vez promocionar un sentido de la solidaridad y de inclusión social entre todos los sectores de la población. Además de centrarse en la alimentación, el programa también considera otras necesidades en las áreas de salud, educación, seguridad personal y vivienda.

El programa tiene tres áreas de intervención: Urbano-Regional, dirigiéndose a la producción y suministro de alimentos; Social, asegurando la entrega de comida a los más necesitados a través de tiendas y comedores comunitarios y promoviendo hábitos alimentarios saludables; y Reconciliación, movilizando la participación del sector privado, voluntarios y las ONG para acentuar el papel de toda la sociedad en la creación de una ciudad solidaria en la que nadie está excluida.

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