El voluntariado como vía hacia el desarrollo
Fecha: 10.02.2012 | Fuente: www.estrategiaynegocios.net
Cuando tomamos conciencia de la realidad que nos rodea, cuando simpatizamos con las necesidades de los demás, reconocemos el papel de nuestra voluntad en nuestro desarrollo como sociedad.
Foto de Argueta.  

Tatiana Argueta, voluntaria Un Techo Para Mi País – Honduras

Existe, sin duda, una fuerza capaz de movilizar masas y transformar naciones, gobiernos, familias, empresas y sociedades: la voluntad. Nuestras acciones y palabras son el resultado de la manifestación de nuestra voluntad para alcanzar una meta u objetivo.


Las sociedades reflejan la interacción de voluntades que pretenden, por mucho, la cooperación de las mismas (en el mejor de los casos) y hacer que unas prevalezcan sobre otras, por otro lado. Friedrich Nietszche, en Libertad de la voluntad y fatum nos presenta un escenario que explica la relación entre voluntad, pensamiento y libertad: “La libertad de la voluntad, que en sí misma no es otra cosa que libertad del pensamiento, está limitada de la misma manera que la libertad de pensar. El pensamiento no puede ir más allá del horizonte hasta el que se extienden las ideas; sin embargo, éste se basa en las percepciones que se van adquiriendo y puede ampliarse conforme lo que se hace”. 1


Entonces, está claro: la movilización de masas y la transformación de sociedades está limitada por la forma en la que pensamos; una actitud de voluntad libre y la expansión de fronteras de pensamiento son necesarias para que desaparezca el concepto de individualidad en una realidad en la que al interior de una sociedad las necesidades de unos son las prevalecen y son cada vez más ambiciosas y egoístas mientras que las de otros son, no sólo ignoradas, sino escondidas y en cierto modo hasta olvidadas y convertidas en un tabú dentro de un pensamiento individualista a un nivel colectivo.


Entonces, ¿Qué es el voluntariado y qué representa?


Esto consiste en la convergencia de voluntades y movilización de masas en la búsqueda del desarrollo de los individuos por medio del desarrollo de la sociedad. Existen organizaciones alrededor del mundo que promueven la movilización de jóvenes, profesionales, estudiantes, hombres, mujeres y capital financiero para brindar apoyo a aquellas personas que nacieron en condiciones económicas desfavorables y la vida no les ha sonreído de la misma forma en la que lo hizo con los que disponen de todo lo necesario para poder llevar una vida digna.


Existen muchas personas que no entienden la importancia de la labor que los voluntarios realizan. Yo comencé a trabajar como voluntaria de diferentes organizaciones (sí, el voluntariado es un trabajo) hace casi 8 años y nunca faltan preguntas como ¿Y vos qué ganás por estar ahí? ¿Cuánto te van a pagar? ¿Por qué perdés el tiempo en esas cosas? ¿No te da miedo que te vaya a pasar algo por andar en esos lugares (con esa gente)? Señores, la respuesta para todas esas preguntas es simple: porque es lindo, útil, productivo y enriquecedor. Nada, nada, nada (pero en serio, nada) se compara con ayudarle a una familia de 5 donde la mayoría de los casos sólo una persona trabaja y tiene ingresos que solamente se pueden considerar ofensivos, la comida es escasa y el frío y las enfermedades, por el contrario, están a la orden del día; compartir con ellos, construir mano a mano (con los chicos y grandes, con vecinos, familiares o amigos) un hogar en el que el frío ya no les mantendrá despiertos por las noches, el hacinamiento ya no es parte de la convivencia y todavía ver cómo esas personas que apenas logran alcanzar bocado para sus miembros se movilizan, se sacrifican, con toda la voluntad del mundo y te preparan un plato de comida como forma de agradecimiento, aunque ello signifique que vayan a comer menos por los próximos días.  Esa es la fuerza de la voluntad, eso representa el voluntariado, eso es convivencia. Cuando tomamos conciencia de la realidad que nos rodea, cuando simpatizamos con las necesidades de los demás, reconocemos el papel de nuestra voluntad en nuestro desarrollo como sociedad, no sólo como individuos, en ese momento nos convertimos en verdaderos alquimistas.


La pobreza, en muchos países subdesarrollados como el nuestro (Honduras, en mi caso), no se encuentra solamente en los bolsillos de aquellos que habitan en zonas marginadas, los que no tienen qué comer, qué vestir, trabajo digno, etc. La pobreza puede habitar en lugares donde el dinero, la comida, el trabajo o la ropa no representan un problema; habita en las mentes cerradas, egoístas, indiferentes, intolerantes e ignorantes.


Un país puede, sin duda alguna, medirse a través del voluntariado que promueve y moviliza. Qué irónico que aquellos países desarrollados son los que movilizan el mayor voluntariado activo, a diferencia de aquellos donde es más necesario y el voluntariado se ve limitado por una cultura meramente individualista. Aquel país que incentiva el voluntariado, donde la sociedad misma promueve la formación y la cultura, es un país que genera riquezas para todos sus habitantes. Esto porque un país, gobierno y gobernados, son el reflejo de la sociedad que les conforma; una sociedad que promueve el voluntariado es una sociedad que reconoce las necesidades de sus individuos y a la vez sus individuos reconocen el papel que juegan en el desarrollo de su sociedad y se convierten en agentes de cambio.


Ontario, Canadá cuenta con una red de centros para el voluntariado (OVCN por sus siglas en inglés) que incluye 22 centros de voluntariado activo. Existen alrededor de 200 centros de voluntariado en todo el territorio canadiense, que se dedican no sólo a la promoción del voluntariado sino al reclutamiento, capacitación y entrenamiento de voluntarios y comunidades así como al monitoreo de sus actividades y el desarrollo de metas; del mismo modo, los gobiernos locales (como el Ministerio de Ciudadanía e Inmigración de Ontario -Ontario Ministry of Citizenship and Immigration, MCI-) crean incentivos de apoyo a las organizaciones y los voluntarios con el objetivo de fortalecer las organizaciones que promueven el voluntariado. 2


El Congreso Nacional de la República de Honduras aprobó en el 2010 una Ley del Voluntariado de Honduras, que contempla la creación de un Consejo Nacional de Voluntariado con el objetivo de “Promover la expansión del ejercicio del voluntariado, facilitar la participación organizada y solidaria de los hondureños y extranjeros que deseen cooperar con el desarrollo del país…”3 La Asamblea Nacional de la República de Nicaragua, en su Ley No. 543 aprobó normas jurídicas que contemplan el voluntariado en su Ley del Voluntariado Social en el 2005; El Salvador, a finales de año pasado creó la Ley del Voluntariado, que entró en vigencia a comienzos del presente año. Las Naciones Unidas, a través de su Asamblea General, en 1970 creó el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (UNV) como un organismo subsidiario para el apoyo de proyectos de desarrollo que promueve el voluntariado y moviliza por todo el mundo a jóvenes y profesionales voluntarios.