Decenas de personas sin hogar se concentraron en la Plaza de la Convivencia. :: PEDRO URRESTI

Aunque el invierno ha terminado oficialmente, las condiciones meteorológicas siguen sin dar un respiro a quienes carecen de un techo bajo el que guarecerse. Ayer decenas de personas se concentraron en la bilbaína Plaza de la Convivencia para pedir al Ayuntamiento que prolongue la duración del dispositivo de alojamiento invernal que cada año da cobijo a más de trescientos indigentes.

El pasado 15 de abril se dio por finalizado el servicio. Sin embargo, las fuertes lluvias de los últimos días han hecho que muchos de sus usuarios se hayan visto obligados a pasar las noches al raso en condiciones penosas. Según la plataforma BesteBi, es «demasiado temprano» para el cierre y advierten de que «el mes de abril está siendo muy duro para dormir en la calle».

Formada por más de una veintena de entidades dedicadas a la atención de personas en riesgo de exclusión social -entre las que se cuentan Cáritas , Medicos del Mundo, la Posada de los Abrazos o Bizitegi-, la organización aprovechó la movilización para alertar de la situación «cada vez más precaria» que viven los "sin techo" en Bizkaia. «Los recortes presupuestarios de 2012 empujan cada vez a más gente a situaciones de sinhogarismo», afirmaron. En ese sentido, instaron a las instituciones a «no recortar a quien menos tiene» y denunciaron el «incumplimiento» de normativas vigentes, como la apertura de albergues en otros municipios, «además de en Bilbao».

Tras la lectura del comunicado, un grupo de personas sin hogar expuso un decálogo de propuestas para mejorar su situación. Mientras, se fueron pasando un ovillo de lana con el que tejieron una red que pretendía amortigüar simbólicamente la caída de muchos que se encuentran en su misma situación. Entre la batería de buenas prácticas para acabar con la indigencia figuran garantizar el derecho a la vivienda, disponer de un sistema sanitario «realmente universal», desarrollar una política de inserción laboral adaptada o no criminalizar a las personas sin hogar.