|
El sociólogo valenciano Joaquín García Roca. :: L.R. | |
Teri Sáenz - Logroño - ¿Cuál es el estado de salud del voluntariado en España?
- La crisis actual ha despertado la solidaridad de la
población que se resiste a ser simple espectadora del sufrimiento
evitable. Multitud de experiencias protagonizadas por los voluntariados
alivian en unos casos los efectos de la crisis, promueven pequeñas
alternativas y acompañan a las personas o a familias enteras al borde
de las relaciones sociales. Su vitalidad se despliega actualmente en
creatividad comunitaria, en iniciativa colectiva pro-social y en
relaciones de autoayuda
- ¿Es la solidaridad la razón primera para
implicarse como voluntario o existen, por lo general, otras razones de
mayor peso, íntimas, personales, de respuesta a uno mismo?
- En la práctica de la solidaridad se activa el dinamismo
de dar y recibir. Lo saben bien quienes se acercan al hospital y
reciben más de lo que dan. Lo saben bien los jóvenes, que hacen la
inmersión en un barrio marginal y se convierten en simples aprendices.
Lo experimentan los que acompañan a personas inmigrantes y en el
encuentro se humanizan a unos y otros. No cabe duda de que este proceso
se puede iniciar por motivos altruistas, por motivos de realización
personal, por motivos terapéuticos e incluso por motivos de iniciación
laboral. Lo importante es la centralidad de la persona y la relación de
ayuda
- ¿Es necesaria una vinculación a una ideología o una creencia religiosa para ejercer como voluntario?
- Tradicionalmente, el voluntariado ha estado promovido
por confesiones religiosas, ideologías políticas e instituciones
sociales que sin renunciar a sus convicciones y creencias han pretendido
actuar con imparcialidad. En la actualidad, el movimiento del
voluntariado se ha dado a sí mismo un código ético, que le identifica, y
ha generado guías de buenas prácticas que empiezan a ser compartidas
por todos. Está naciendo un voluntariado de identidad espiritualidad
laica, ecuménica y tras-religiosa, abierta a creyentes y no creyentes
- ¿Hay algunas áreas concretas (salud, inmigración, exclusión social...) que exigen mayor presencia de colaboradores altruistas?
- La colaboración altruista es particularmente apropiada
cuando se trata de producir bienes relacionales, como la confianza, la
amistad, la esperanza, que requieren el encuentro interpersonal y la
implicación activa de la población. Hay bienes que sólo son tales si
participan los ciudadanos. De este modo, los voluntariados procuran por
la vida, que está amenazada (voluntariados de la marginación), cuidan de
la fragilidad de los sujetos más vulnerables (voluntariados de la
salud), ayudan a los que no se valen por sí mismos (voluntariados de la
asistencia); defienden la tierra lesionada por los abusos de los humanos
(voluntariado ecológico), promueven un mundo único, sometido a las
desigualdades y atropellos (voluntariado de la cooperación), tutelan los
derechos de las vidas desahuciadas (advocacy)
- ¿Es ajustado el apoyo de los poderes públicos al voluntariado?
- Hay un voluntariado que es el despliegue de una
ciudadanía activa en la gestión de los propios riesgos personales y
comunitarios; en este caso lo único que necesita de los poderes públicos
es que procuren las condiciones para que esta participación sea
posible. Cuando se convierten en gestores de servicio es bueno que se
sometan a los criterios de trasparencia y publicidad en la gestión de
presupuestos públicos. En uno y otro caso conviene que los poderes
públicos creen una cultura favorable al ejercicio de la solidaridad,
pero se abstengan de intromisiones en lo que pertenece a la libertad de
la persona y a la autoorganización de la propia gente
-¿Cómo afecta el actual marco legal al desarrollo del movimiento?
- Las leyes del voluntariado han servido para ordenar el
mundo de la solidaridad, le han sometido a una acreditación pública
mediante la inscripción en un registro y han obligado a disponer de un
sistema de seguridad ante los riesgos que se generen en el ejercicio de
la acción voluntaria. Sin embargo han producido algunos efectos
perversos como es la excesiva dependencia de las Administraciones, que
le convierten en simple instrumento en el que derivan sus competencias
como empresas de servicios
-¿En qué medida ha afectado la crisis a este movimiento? ¿Cómo ha hecho variar la crisis el esquema del voluntariado?
-La situación actual ha obligado a las organizaciones
solidarias a atender situaciones de emergencia como una última red de
protección, a ellas acuden personas y familias que viven situaciones
dramáticas, en muchas ocasiones remitidas incluso por las
administraciones públicas. La situación es tan exigente que el
voluntariado se reduce a gestionar emergencias, posponiendo la denuncia o
la defensa de los derechos. La actual crisis ha reducido al
voluntariado a ser una mera ambulancia social desplazando su condición
de movimiento alternativo y transformador.
URLs
relacionadas
|