Recibieron sus diplomas en el salón de plenos del Ayuntamiento y estaban orgullosos. :: A. GÓMEZ.

Han decidido formarse para saber cómo poder ayudar a los demás y ayer recibieron el diploma que les acredita para ser voluntarios y colaborar en cualquiera de las asociaciones de la ciudad. Hasta 14 personas de generaciones muy distintas y también con diferentes inquietudes recibieron su título de manos del alcalde, Fernando Campo, que aprovechó la ocasión para ensalzar la solidaridad que se respira en una ciudad donde «hay mucha gente trabajando en diferentes colectivos» y que es cada vez más multirracial con más de 5.000 personas extranjeras viviendo aquí y que, por tanto, ya son mirandeses». Personas que colaboraran y quieren aportar su granito de arena.

Ese es el caso de Maissa Souici, francesa de origen argelino pero que lleva aquí casi toda su vida. A sus 15 años reconoció que el curso le ha servido para «conocer gente, buena gente, y eso es muy interesante» y también para darse cuenta de que quiere ayudar a otros. Ella se ha decidido por Cruz Roja, concretamente por el grupo de apoyo escolar a niños y niñas. «Es lo que más me apetece», reconoció. Pero no cree que resulte fácil implicar a sus amigas en planes como esos.

Ella es una de los cinco alumnos del Aula Alternativa que junto a su profesor, Carlos Cadiñanos, se sumaron a la propuesta por entender que «se trabajaban unos valores que nos podían venir bien». Y han acertado. «Ha sido muy positivo. Han compartido experiencias con personas más adultas y que tienen otras vivencias con las que se han enriquecido y les van a venir bien para el día de mañana», valoró.

Una de esas personas con más bagaje es Pilar Sanz, que se apuntó animada por su hija y que ayer estaba «contentísima». Reconoce que llegó «a ciegas», porque era la primera edición pero «lo hemos pasado muy bien y hemos disfrutado mucho». De todos modos ella contaba ya con experiencia previa, ha participado en el programa de acompañamiento a personas mayores y seguirá colaborando, en ese o en otra cosa, pero en algo seguro.

Y es que, destacó, «muchas veces desconocemos nuestras propias capacidades, pero cuando las descubrimos nos damos cuenta de que estamos preparados para hacer muchas cosas», incidió.

También Marta Tricio, presidenta de la Plataforma Mirandesa de Voluntariado, valoró muy positivamente la experiencia y la buena acogida de los participantes. «Están encantados de haber realizado el curso y de haber conocido gente. Además, están muy motivados para colaborar que era el objetivo que se perseguía. Matrícula de honor para todos», zanjó.

Una opinión compartida por Teresa Cristóbal, animadora social del Ayuntamiento. «Hemos tenido mucha suerte, pese a la heterogeneidad de los asistentes, el grupo ha sido uno solo». Y además, muy motivado. No solo Maissa ha dado el paso hacia el voluntariado, otras 4 personas se han unido a la plataforma para acudir a los colegios. «La experiencia ha sido maravillosa». Los que quieran probar pueden apuntarse a un segundo curso que comenzará el 2 de marzo. Ya hay 8 inscritos y les gustaría ser 12 ó 13.