Marta Colomer está plenamente convencida del éxito de la muestra.

--¿Hablar de 50.000 voluntarios y simpatizantes no es demasiado optimista?

--Hay que distinguir. Hablamos de que 50.000 personas se vinculen con la Expo. Muchas de ellas están en organizaciones y nuestro interés es firmar acuerdos con entidades ciudadanas. Serán colaboradores, pero no voluntarios.

--El alcalde habla de crear un ejército civil.

--Tenemos más de 22.000 personas que en su día quisieron ser voluntarios, pero entendemos que apoyaban una candidatura para que Zaragoza tuviera la Expo. De apoyar una candidatura a comprometerse a dar su tiempo hay una diferencia. Queremos llegar hasta 15.000 voluntarios reglados, uniformados y formados.

--Si los voluntarios serán 15.000 y han fichado a más de 22.000. ¿Cómo podrá colaborar cualquiera que quiera?

--Primero hay que saber cuántas de estas personas quiere ser voluntaria. Cuando les diga que hay que firmar y comprometerse veremos con cuántos nos quedamos.

--¿Y entonces para qué queremos hasta 50.000 voluntarios y suscriptores?

--Muchas de estas personas tendrán un papel muy importante. Por ejemplo, en difundir la Expo en su pueblo.

--¿Qué van a poder hacer los voluntarios?

--Casi de todo. No es cuestión de mandar cien voluntarios a un sitio.

--No se les va a movilizar para hacer bulto, para hacer bonito.

--No, no, no. Eso sería un error. La dificultad del programa es casar los diferentes puestos y funciones con lo que al voluntario le gusta, sabe y quiere hacer.No tengo sillas, tengo personas.

--¿Siempre se va a poder elegir?

--Siempre que se reúnan las condiciones. Vamos a intentar que estén contentos. Nos dan lo que es más caro, el tiempo.

--¿Y va a haber algún tipo de contraprestación?

--No puede haber ninguna porque nos cargamos entonces el espíritu del voluntariado.

--En verano empieza la formación, ¿en qué va a consistir?

--Vamos a informarles y formarles sobre el proyecto, el tema (agua y desarrollo sostenible) y Zaragoza. No queremos matar a la gente.

--¿Cuándo empezarán su tarea?

--Ya han empezado con la sensibilización.

--¿Cómo se puede movilizar un colectivo de 15.000 personas?

--Estamos diseñando una base de datos. La informática es muy importante y nos puede ayudar mucho porque estamos diseñando un programa que nos permita, incluso un año antes de la Expo, casar puestos con turnos, perfiles y personas.

--Piden una colaboración mínima de siete días.

--Puede ser antes o después de la Expo.

--¿Qué diferencia habrá entre un trabajador y un voluntario?

--El sueldo.

--Eso es obvio. Me refiero a la asignación de tareas.

--Sí, claro que sí. En la atención de visitantes solo estarán los voluntarios. Si se pierde un niño, ayudarán a buscarlo; explicarán dónde comer si se les pide y acompañarán en un momento dado a una persona con minusvalía a coger el AVE.

--¿Qué aportan los voluntarios?

--Aportan un plus de calidad al visitante.

--¿De qué sirve tener voluntarios en Estados Unidos o Alemania?

--Tenemos más de 300 en 47 países. Hay muchas ferias y pueden apoyar en sus países hablando de Zaragoza y explicando que son voluntarios de la Expo. Qué mejor que promocionar la Expo en Munich con gente de allí. Y durante la Expo podrán venir mediante acuerdos internacionales. Nos ocuparemos de alojarlos y de garantizar su manutención.

--¿Qué diferencias y similitudes hay con los famosos voluntarios de Barcelona 92?

--En que estaban en la Villa Olímpica y en los estadios. Unos Juegos son 15 días y eso es más fácil. Aquí son 93 días.

--¿Considera que es un reto mayor que Barcelona 92?

--Síííí. Tener voluntarios en el deporte está muy vendido y se entiende muy bien. Es algo muy concreto porque, en ese caso, consistía en acompañar a la familia olímpica.

--¿La Expo es más complicada?

--Yo creo que sí porque los temas son más dispersos. Se tiene que apoyar a la organización en un espectáculo, ir a buscar a alguien al aeropuerto o llevarse a alguien de copas. Sin embargo, en unos Juegos Olímpicos son horas muy concretas y el trabajo se reducía a la villa olímpica.

--Lleva 30 años viviendo en Barcelona, pero es de Zaragoza. ¿Esperaba semejante movilización social?

--Me han sorprendido. Cuando hablo con los voluntarios veo las ganas de que Zaragoza de un salto hacia adelante. Eso es impresionante, tenemos aquí un potencial increíble. Y solo nos falta creernos que Zaragoza es importante. Con esta Expo, tenemos que conseguir el orgullo de vivir en una ciudad preciosa y con una gente estupenda. Nos lo tenemos que creer; en Barcelona lo tienen clarísimo.

--¿La Expo crea orgullo, sentimiento de pueblo?

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