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Ignasi Carreras, Director del Instituto de Innovación Social de la escuela de negocios ESADE | |
Barcelona, 7 dic (EFE).- La crisis ha dibujado un panorama muy variado en el sector, que se
ha visto afectado de distinto modo según las estrategias de las ONG con
sus socios, de la solidez de las empresas donantes y de la situación
económica de las administraciones y los ayuntamientos son los que más
han reducido sus ayudas.
La mayor parte de las cajas de ahorro han acortado también sus
inversiones en obra social, especialmente las entidades de menor
dimensión y aquellas más afectadas por la crisis, cuyo presupuesto
social se ha reducido entre un 30 y un 50% con relación a 2008, según
apunta Carreras, que fue director general de Intermón Oxfam durante
diecisiete años.
Este experto señala que antes de la irrupción de la crisis las cajas
españolas destinaban entre el 20 y el 40% de sus beneficios a acción
social, mientras que actualmente, como consecuencia del descenso de los
beneficios, dedican un porcentaje superior para provisiones y disponen,
por tanto, de menos dinero para proyectos sociales.
Las treinta ONG de mayor dimensión que trabajan en España se
financian principalmente con donaciones de particulares, que aportan
entre un 50 y un 70% del presupuesto, mientras que el resto lo cubren
con subvenciones públicas.
En cambio, las de menor tamaño pueden llegar a cubrir hasta un 80%
de su presupuesto con las aportaciones de las administraciones.
Carreras apunta que la crisis ha causado tres efectos en las
donaciones de particulares a las ONG, que crecían hasta 2007 un 10%
anualmente en socios y donantes.
En primer lugar, algunas ONG han recaudado más dinero para actuaciones de emergencia "muy especificas y directas" en España.
En segundo término, numerosas organizaciones han sufrido una caída
de ingresos ya que pese a haber mantenido su base -"fiel y consolidada"
en las más grandes- de socios y donantes, éstos han reducido sus
aportaciones y les es muy difícil atraer nuevos contribuyentes, lo que
no garantiza su viabilidad futura.
En tercer lugar, la coyuntura económica está afectando a las
organizaciones más jóvenes, que están aún en fase de crecimiento tras
no disponer del tiempo necesario para ganar solidez, así como a
aquellas entidades más dependientes de las subvenciones públicas.
En 2010 y, sobre todo, en el 2011, las organizaciones no
gubernamentales dispondrán de menos dinero, ya que es segura la
disminución de la recaudación de las declaraciones de la renta a
consecuencia de la crisis. Actualmente, el contribuyente destina un 0,7
por ciento de su IRPF a fines sociales y/o a la Iglesia.
Los Presupuestos Generales del Estado del año 2010 prevén destinar
un total de 5.192 millones de euros a proyectos de ayuda al desarrollo,
lo que representa un 0,51% de la renta nacional bruta, un porcentaje
ligeramente superior al de 2009.
En Cataluña, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona no rebajarán en 2010 sus aportaciones a la cooperación.
En concreto, la Agencia Catalana de Cooperación ha mantenido para
2010 el presupuesto de 49 millones que tenía este año; mientras que el
consistorio barcelonés destinará el próximo año -mediante el plan
director de cooperación internacional y solidaridad- un total de 10
millones de euros, uno más que en 2009.
Por su parte, el presidente de la Federación Catalana de ONG de
Desarrollo, Eduard Ibáñez, estima que sólo en Cataluña ha tenido lugar
una caída del 15% de las donaciones de empresas a ONG y del 10% en el
caso de particulares.
Las tres ONG que destinan mayores recursos en España -según los
últimos datos disponibles, correspondientes a 2007- son la Cruz Roja
(que gastó 474 millones de euros), Cáritas (200,4 millones) e Intermón
Oxfam (78,3 millones).
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