Vacaciones solidarias: los españoles viajan como voluntarios
Fecha: 25.08.2009 | Fuente: cope.es
voluntariado. Destinos como Guatemala o Tánger son escogidos por mayores y jóvenes para disfrutar de sus vacaciones. ¿Con qué objetivo? Colaborar con ONG.
Las principales áreas de acción son la sanidad, la educación y el comercio justo  
Y es que las organizaciones españolas de ayuda al desarrollo también tienen sus propios planes y actividades específicas para el verano. Éstas ponen en marcha proyectos que permiten a los voluntarios conocer otras culturas y realidades además de tener la oportunidad de poner su granito de arena.

Aunque las organizaciones están en actividad durante los 365 días del año, es en verano cuando disponen de más voluntarios para llevar a cabo determinados programas. Durante, generalmente, tres semanas o un mes, los turistas solidarios organizados en grupos realizan trabajos de desarrollo. Cada grupo cuenta con la supervisión de un coordinador de la organización. Desde rehabilitar edificios en Cuba hasta enseñar matemáticas a niños saharauis son labores para las que estos turistas deben estar preparados, siendo la sanitaria la principal área de acción.

Según el último informe realizado por la Coordinadora de ONG para el desarrollo-España, los países sudamericanos Perú, Bolivia y Ecuador son los principales territorios receptores. De esta forma, Latinoamérica, junto a África Subsahariana y América central, llega a aglutinar el 80% del total de fondos invertidos (487 millones de euros en 2007). Y si seguimos hablando de cifras, de las 33.000 personas que participan en estas actividades, 25.000 lo hacen como voluntarios. Un alto porcentaje de ellos, cada vez mayor, son voluntariado a corto plazo.

Ellas, las más solidarias

En cuanto al perfil de los interesados, cabe destacar el predominio de las mujeres(un 68% ) siendo la figura masculina más representativa en los cargos de máxima responsabilidad de las organizaciones. Por edad, la mayoría se encuentra entre los 25 y 45 años. La organización Solidaridad Internacional explica a LA GACETA que “son principalmente trabajadores y trabajadoras en activo —más del 85% — que aprovechan sus vacaciones para dedicarlas al voluntariado”.

Para ello, cada organización diseña diferentes modos de preparación. Una de las más experimentadas en este campo es Setem. Esta organización, una vez que ha realizado una entrevista y posterior selección de los interesados, imparte un curso de formación que consta de cinco encuentros. Otras como Solidaridad Internacional, ofrecen las lecciones básicas durante un día. Finalmente, de las miles de personas que acuden en un principio a las reuniones informativas, alrededor del 15% consigue realizar el viaje. Y es que no disponer del tiempo establecido para los proyectos, no poder costearse el precio del viaje —entre 1.000 y 2.000 euros—, no cumplir la edad requerida y la limitación de número de plazas disponibles son los principales motivos que impiden a interesados en el tema formar parte de ello.

Tal y como explica la organización Setem, estas actividades pretenden ser “una ocasión para vivir, entender y compartir las necesidades e inquietudes que afrontan día a día los hombres y mujeres de países poco favorecidos”. Javier Montojo, de 20 años, lleva dos veranos colaborando con una organización no lucrativa. “Es una experiencia muy gratificante”, asegura este joven madrileño. Para poder costearse el viaje explica que “durante todo el año mis compañeros y yo hemos vendido tartas y organizado conciertos”. Tras haber realizado recientemente un viaje solidario a Faro (Portugal), el joven asegura “quiero repetir el año que viene”.

Otras formas de ayudar

También hay quienes se comprometen con las personas con discapacidad física y enfermos o ayudan a organizar conciertos benéficos contra causas como el sida. Jugar con niños y niñas en ludotecas en Zaragoza o cuidar chimpancés en Girona son otras formas de ofrecer ayuda. Pero también existen otros modos más intrépidos de mostrar solidaridad: los Rallies solidarios en Madrid. La idea es recorrer en coche la ruta Madrid-Mongolia o Madrid-Mali para recaudar fondos mediante patrocinadores y donarlos a ONG. Además, al llegar al destino el coche se suele donar para que lo puedan utilizar como ambulancia o, incluso, como coche de policía.

Para los más jóvenes, la reconstrucción de pueblos rurales es una opción. Cuidar la agricultura o la ganadería de una zona abandonada es el objetivo de estos campamentos solidarios dirigidos a menores de 18 años.

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