“El reto del voluntariado sostenible es superar la pasividad del voluntariado clásico”
Fecha: 09.10.2009 | Fuente: blog.plataformavoluntariado.org
Charlando con Abelardo de la Rosa, ponente de la Escuela de Otoño de la Plataforma del Voluntariado de España. Es el encargado de la ponencia “Crisis, crítica y criterio. Voluntariado sostenible para sociedades en transformación”.
Abelardo de la Rosa  

Ligado a las organizaciones del Tercer Sector y del Voluntariado en Andalucía, ha sido Presidente de la Liga Giennense de la Educación y la Cultura Popular y Presidente de la Red Provincial de Voluntariado “Lienzos”, Federación de entidades de acción social y voluntariado en la provincia de Jaén.

Actualmente desarrolla su actividad voluntaria en el Centro de Recursos para el Voluntariado y las Asociaciones de la Provincia de Jaén.

¿Qué es el voluntariado sostenible?

Frente a los conceptos tradicionales y a las visiones clásicas del voluntariado como hecho institucional y centrado en los servicios meramente asistenciales, el voluntariado sostenible apunta hacia una nueva concepción de la acción social desde los fundamentos de la solidaridad crítica.

El concepto de sostenibilidad aplicado al voluntariado actual se relaciona con el abandono progresivo de prácticas de mantenimiento de estructuras sociales insostenibles, es decir, aquellas que generan injusticia, desigualdad y discriminación, y vinculándose a compromisos de transformación social y favoreciendo un nuevo paradigma de bienestar social comunitario.

¿En tu ponencia vas a exponer críticas, ¿puedes anticiparnos una de ellas?

Uno de los retos del nuevo voluntariado para la nueva sociedad en transformación es la conversión de un tipo de voluntariado que fomenta pasividad (tanto de los agentes de intervención como de las personas destinatarias de las acciones voluntarias), hacia otra clase de voluntariado que fomenta la participación social efectiva, en los planos individual y colectivo.

Por otra parte, podría ser conveniente profundizar en el debate del papel político del voluntariado, en el sentido del aprovechamiento del potencial de las organizaciones de voluntariado en su dimensión de grupos de presión para la orientación de las políticas públicas hacia la igualdad real.

Cuéntanos alguno de los criterios que vas a proponer para orientarnos hacia ese voluntariado sostenible.

La mayoría de los criterios que definirán el voluntariado sostenible están aún en construcción y en contraste y adaptación a las mutaciones sociales que se están produciendo en estos momentos. Sin embargo, la orientación sostenible y, por tanto, crítica del voluntariado tendrá que ver, sin duda, con el compromiso de las organizaciones de voluntariado que se sitúan en el marco de la solidaridad crítica con la difusión del conocimiento y del ejercicio de los derechos cívicos y sociales.

Es decir, ya no puede bastar solamente con la atención a los estados de carencia o de precariedad social, sino que es preciso actuar intencionalmente, políticamente, animando y favoreciendo el ejercicio de estos derechos en las personas y los grupos a los que tradicionalmente se les ha venido ocultando su existencia y negando su práctica.

El voluntariado sostenible para una nueva sostenibilidad social deberá ejercer, por tanto, una función pedagógica ligada al impulso de políticas públicas democráticas y realmente igualitarias.

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