Las empresas respaldan el voluntariado corporativo como clave del éxito
Fecha: 12.08.2009 | Fuente: universia.es
La Universidad de Extremadura elaborará un manual de buenas prácticas para que las empresas lleven a cabo acciones de voluntariado corporativo más eficaces. Según ha señalado la profesora de la UEx, Dolores Gallardo, estas iniciativas han sido incorporadas por gran parte de las firmas comerciales como una estrategia de rentabilidad económica y de imagen.
Muchas corporaciones no cuentan todavía con una mentalidad lo suficientemente abierta a la cooperación y la ayuda desinteresada  
Gallardo dirigió un curso de verano que la semana pasada “diagnosticó” los diversos proyectos de voluntariado puestos en marcha desde el ámbito corporativo, y que aproximadamente desde 2001 permiten a los empleados de estas empresas e instituciones colaborar en causas tan solidarias como el cuidado de ancianos o discapacitados o la ayuda a la educación de niños de países subdesarrollados. La idea que inspira esta nueva forma de altruismo es la de apoyar los esfuerzos individuales de los trabajadores desde las sólidas estructuras de las empresas.

Para la responsable del seminario, muchas corporaciones no cuentan todavía con una mentalidad lo suficientemente abierta a la cooperación interpretado el voluntariado como una forma mucho más cercana de darse a conocer, ejemplifica Gallardo.

Una de las reglas de oro que posibilita incorporar el valor del voluntariado al buen nombre de la empresa es la trasparencia informativa sobre todas las acciones iniciadas en esta dirección, que la gente conozca de primera mano qué se hace en una empresa, además de querer alcanzar unos objetivos económicos. De tal forma, que ya es habitual que los espacios web corporativos incluyan una sección destinada a mostrar las ocupaciones voluntarias de las instituciones, ha señalado Dolores Gallardo.

El caso de FCC y Telefónica

En el caso de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), las políticas de responsabilidad corporativa se desarrollan a través de un Plan Director, y el ámbito del voluntariado está centrado desde hace un año en la atención a mayores que viven en tres residencias situadas en Madrid, Valencia y Barcelona, gracias a un presupuesto de 40.000 euros anuales. El perfil del trabajador voluntario de este Grupo, unos 100 en total, es el de una persona de entre 40 y 50 años, y con grandes inquietudes por ayudar a los demás, ha apuntado Elena de Lorenzo, una de las cabezas visibles del entorno de acción social de FCC.

“Lo cierto es que nuestra empresa se limita a coordinar y respaldar las iniciativas de los voluntarios” ha dicho en los cursos de verano de la UEx. Entre estas actividades sobresalen talleres de pinturas y tauromaquia, jornadas de folklore, o visitas guiadas a instalaciones de interés. El reto ahora es ampliar el alcance de los programas a otros países y la colaboración con otras ONG para poder ofrecer a los empleados un mayor abanico de propuestas.

Programa Proniño

Otra curiosa iniciativa es la del colectivo de voluntarios de Telefónica, fraguado a raíz del desastre del Prestige, y con unos objetivos cada vez más ambiciosos y variados. Uno de estos luchadores incansables es Alfonso Romero, que narra sus inicios como voluntario en Cruz Roja hasta su situación actual de prejubilación en la empresa de telefonía. Romero ha participado en el programa Proniño para erradicar el trabajo infantil en Latinoamérica, y durante todo el año está implicado en la coordinación de los Comités locales que impulsan nuevos proyectos solidarios. Este voluntario cuenta con enorme satisfacción cómo en los edificios que componen la nueva sede de Telefónica en Madrid, conocida como Distrito C, se han ido introduciendo máquinas que sirven café proveniente del comercio justo.

La inauguración estuvo presidida por la vicerrectora de Calidad y Formación Continua, Mª José Martín, junto a la decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Carmen Muñoz, y el director de zona de Caja Sur para Extremadura, Fernando Moreno. Esta entidad ha patrocinado el curso.
y la ayuda desinteresada, puesto que impiden a los voluntarios elegir el tipo de programa o la forma concreta de canalizar sus inquietudes. Se han dado casos de empresas opuestas radicalmente a que sus trabajadores participen en estos proyectos, aunque también hay otras verdaderamente ejemplares. Multinacionales y Pymes que oportunamente han

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