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Voluntariado, otra forma de vivir la jubilación al servicio de los demás |
Fecha: 13.11.2008 |
Fuente: actualidad.terra.es |
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Los mayores voluntarios de Madrid entienden el tiempo de jubilación de forma distinta, dedican horas y esfuerzo a acompañar a personas que viven solas, con problemas de salud, aislamiento o situación de dependencia, en hospitales, albergues y hasta en el domicilio del propio afectado
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Gracias a una jornada organizada hoy por la ONG de
voluntariado "Desarrollo y asistencia", Javier ha vuelto a visitar El
Pardo, donde trabajaba como restaurador de patrimonio. Ahora se
beneficia de uno de los programas de la citada organización que le
presta ayuda en su casa.
Según han
relatado a Efe los voluntarios que lo visitan varias veces a la semana
en su casa de la capital, es sordo, tiene familia pero se siente solo,
necesita ayuda para poder realizar las tareas cotidianas, pero, sobre
todo, necesita compañía y conversación.
Como
Javier, más de 132.000 mayores de 65 años viven solos en Madrid, de
éstos 55.000 tienen más de 80 años y están considerados personas de
alto riesgo, muy vulnerables, los llamados ancianos frágiles, han
informado responsables de la ONG.
Además,
en Madrid hay más de 21.000 discapacitados intelectuales y casi 3.000
personas en situación de desarraigo y marginación. Por ello, hacen
falta más personas que ayuden a otros sin recibir nada a cambio, han
explicado.
Con 86 años y 12 años de
voluntariado a sus espaldas, Lorenzo González ha expresado que no
entiende cómo amigos suyos con buenas facultades mentales y físicas
dedican su tiempo libre a jugar a las cartas en lugar de ayudar a otra
gente.
Sus funciones como voluntario
consisten en acompañar a los usuarios del albergue de San Isidro de
Madrid al médico, a hacer gestiones administrativas o "simplemente a
pasear y a ver el sol", ha señalado.
"Me
metí a voluntario cuando murió mi mujer, pero no lo hice para pasarlo
bien, los que vienen a eso se van a los tres meses, yo dedico de 15 a
20 horas semanales".
Usuarios del
albergue y voluntarios han aprendido a complementarse, "tú me haces
compañía y yo te enseño informática", ha dicho Angel, que trabajaba
como programador hasta que perdió todo.
Ha
explicado, mientras agarraba de la mano a otra usuaria que no consigue
dejar el alcohol, que jamás saldrá del hogar de acogida porque sufre
una lesión cerebral; no tiene nada ni a nadie, sólo a los trabajadores
y voluntarios del centro.
Para ser
voluntario en Madrid, sólo hace falta ser mayor de 18 años y disponer
de 2 horas semanales, los programas se ajustan a los interesados, han
informado desde la ONG.
"Hoy parece que
han vuelto a su infancia, por un momento se olvidan de que están solos,
de que antes no se conocían y parecen todos amigos y familia", ha dicho
otro de los voluntarios jubilados que lucha contra la soledad de los
demás en la Comunidad de Madrid.
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