El deporte guipuzcoano sufre una crisis del voluntariado
que aprecian todos los implicados. Dos son los problemas principales:
los organizadores afirman que la aparición de empresas profesionales en
eventos o competiciones expulsa a los voluntarios, porque cuando hay
personas que cobran es difícil convencer a otros para que trabajen
gratis. Responsabilizan a las instituciones de promover este tipo de
empresas. Los poderes públicos reconocen el problema y las disfunciones
que causa, pero alertan también de que el cambio en los hábitos
sociales hace inviable a futuro el esquema de funcionamiento de toda la
vida.
Controlar carreteras
El problema es general y afecta a todas las
especialidades. El ciclismo es de los más afectados. Controlar todos
los cruces y evitar los peligros de las decenas de pruebas que se
celebran por nuestras carreteras requiere un esfuerzo de organización
imposible de realizar sin voluntarios. El presidente de la Federación
Vasca de Ciclismo, José Luis Arrieta, tiene claro que «en cuanto se
profesionalicen, como se están profesionalizando, una serie de grupos
para sacar adelante unas organizaciones, el resto de voluntarios
aprecian que hay una forma de vivir o de beneficiarse de algún dinero y
no colaboran con ellos. Eso es lo que pasa con el voluntariado».
Arrieta explica que «siempre he sido contrario a que
desde la administración se potencien esta serie de grupos porque
conlleva, como estamos viendo, situaciones de profesionalización de
algunos puntos y sin embargo el voluntariado va desapareciendo».
Y eso supone un problema muy grave para el deporte
guipuzcoano porque «el voluntariado es totalmente necesario. Por
ejemplo, en el ciclismo ahora están obligando a que haya responsables
de grupo en cada organización, con entrevistas con la Ertzaintza para
garantizar la seguridad. Desde Interior empiezan a exigir DNI a la
gente que va a los cruces y todo es una complicación».
Hay pruebas en peligro. «En el ciclismo hay que hacer
muchos esfuerzos. Ha habido clubs que han tenido que dejar de hacer la
actividad por falta de gente. Clubs importantes, como la JOOG de
Hernani, que llegó a hacer el Campeonato del Mundo profesional. Ahora
están renaciendo un poco, pero tuvieron que dejar de organizar
aficionados, juveniles y cadetes porque no había personal para
organizar ni apoyar en los cruces. Alegia, que en su momento hacía
siete pruebas y todas las que se le echaran encima, ahora tiene
dificultades para renovar a la gente».
Y ése es otro grave problema, la falta de relevo para
directivos que llevan muchísimos años dando el callo. «Todo el grupo
que está ahora en la Guipuzcoana y yo estábamos por dejarlo si había un
relevo, pero no lo hubo. Es un problema general. En todos los lados
cuecen habas».
Problemas en el frontón
Y parece que es verdad, porque en un deporte que se
juega bajo techo como la pelota y que, por tanto, necesita menos
infraestructura, tampoco son ajenos a las dificultades. Juan Luis
Ubera, organizador del Torneo de Elgeta, del Torneo DV y directivo de
la Federación Vasca, confirma su preocupación: «El voluntario está a
punto de desaparecer. El problema es que los jóvenes no quieren coger
responsabilidades. Eso está claro. Para ayudar un día o dos no hay
problemas, pero nadie quiere tomar responsabilidades en la
organización».
Coincide con Arrieta en que «en la pelota antes no
entraba gente en los frontones cobrando. Ahora, con los Ayuntamientos y
la Diputación, sí. A la hora de la verdad los que cobran no aparecen y
el voluntario dice "coño, estos que cobran no vienen y nosotros, a
trabajar". Así es muy difícil. Si hay otros que cobran es complicado
comprometer a la gente para que trabaje gratis».
Pero Ubera no se queda sólo con ese problema: «Eso, por
un lado. Otra realidad es que los jóvenes hacen más deporte que
nosotros pero cada uno a su manera, por su cuenta. A los espectáculos
no van ni como espectadores. Es prácticamente imposible conseguir que
la gente se comprometa».
Y su diagnóstico para el futuro es pesimista: «Eso no va
a mejorar, irá a peor. Igual cobrando habría gente, pero para llevar un
campeonato entero va a ser imposible. El panorama no es bueno. En
Elgeta, por ejemplo, para ayudar un día no hay problema, pero para
llevar el torneo sí, y eso que nosotros ahora tenemos un buen equipo.
Otros años hemos tenido más problemas, pero el otro día, por ejemplo,
estuvimos entre jueces, el del marcador y demás, ocho personas. Eso
está bien».
El fútbol, amenazado
Tampoco el fútbol se salva de las apreturas, aunque no
tiene cruces que controlar. Sus problemas son otros, pero este deporte
también necesita la ayuda de los voluntarios. El presidente del
Anaitasuna de Azkoitia, Joxe Iturbe, explica las dificultades que
encuentran con la normativa vigente. «Nos piden que los entrenadores
sean titulados y si tienes diez equipos, cada uno con su entrenador
titulado, eso supone un dinero que los clubes no tenemos. Porque un
entrenador titulado no viene si no hay dinero. Entonces, hay que poner
a jóvenes del pueblo, si tienen ganas, y entrenador titulado para el
primer equipo y poco más».
Coincide con el ciclismo y la pelota en que encontrar la
colaboración de voluntarios es cada vez más difícil. «Nosotros llevamos
veinte años y teníamos intención de dejarlo. Ahora hay un grupo nuevo,
pero claro, tienen a los hijos jugando y, si no, no cogerían el equipo.
La gente sube al monte, hace submarinismo o se va a esquiar. La cosa
está así. Nosotros nos arreglamos como podemos, pero cada vez está más
complicado. Por una parte, te piden tener entrenadores titulados, por
otro, la gente no está dispuesta a trabajar gratis. Si no es el padre
de algún jugador es muy difícil que entre gente al club».
Su percepción de futuro no es mucho más halagüeña que la
de Arrieta o Ubera: «Veo negro el asunto. El voluntariado tiene un
recorrido muy corto. Hay que pensar en algo nu
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