Los dilemas del asociacionismo y el voluntariado ahora que "ya no están de moda"
Fecha: 03.12.2007 | Fuente: www.canalsolidario.org
Fidelizar al voluntariado, superar la dependencia económica de las administraciones y promover la participación interna en las entidades. Son algunos retos que se han oído estos días en las III Jornadas de Asociacionismo en Barcelona
 

Silvia Torralba / Redacción (22/10/2007)

Desde hace meses, organizaciones de voluntariado o en las que los voluntarios juegan un papel importante se reúnen en Cataluña con representantes de la administración para elaborar lo que será el Plan Nacional de Asociacionismo y Voluntariado de Cataluña. El objetivo es elaborar antes de acabar el año un texto que represente a las entidades y que tenga en cuenta sus necesidades y sus propuestas para abordar cuestiones como la financiación, la relación entre personal remunerado y voluntario y su incidencia política, entre otros.

En este contexto, un centenar de entidades se reunieron este fin de semana en El Prat de Llobregat (Barcelona) en las III Jornadas de Asociacionismo y Voluntariado, un encuentro en el que han avanzado en la puesta en común de ideas y alternativas y en el que se pusieron sobre la mesa los dilemas y retos de la participación asociativa y del voluntariado.

“Ahora que ya no estamos de moda debemos pensar en los dilemas a los que nos enfrentamos”, afirma Carles Armengol, especialista en voluntariado y tercer sector y secretario de la Fundación Escuela Cristiana de Cataluña. Según Armengol, en la actualidad existen retos que están relacionados con tres ámbitos: las personas, las entidades y la sociedad en general.

En el área de las personas destacan varios “dilemas”, como la “fidelización del voluntariado en un momento de compromisos débiles”, la dicotomía entre “altruismo y egoísmo” como motivaciones de la actividad voluntaria y el hecho de que la gente “cada vez tiene más tiempo libre pero sus expectativas hacen que tengan la sensación de que les falta tiempo y por eso no participan en acciones voluntarias”, explica Carles Armengol.

Otro desafío importante se da, según este especialista en voluntariado, después de que en los últimos años hayan aparecido numerosas entidades “cercanas en el territorio” pero que también han significado “una fragmentación del sector”. De ahí el reto de la “vertebración” y de avanzar hacia entidades de segundo nivel que ayuden a encontrar “nuevas formas de trabajo en red”.

¿Cubrir los huecos de la administración?

Junto a Carles Armengol, a las jornadas sobre asociacionismo de este fin de semana también asistieron otros expertos en voluntariado como Jaume Garau, consejero de Mallorca de Bienestar Social; Pilar Pujol, experta en gestión de entidades y técnica del Ayuntamiento de Mataró; y Alfred Vela, experto en desarrollo comunitario y miembro de la
Confederación de Asociaciones de Vecinos de Cataluña. Todos ellos coincidieron en que uno de los retos más importantes del sector asociativo es su relación con la administración pública.

Según Jaume Garau, “la administración transfiere cada vez más retos al Tercer Sector” y eso lleva a las entidades al dilema de llevar a cabo sus reivindicaciones o cobrar a los gobiernos por prestar servicios que las políticas públicas no cubren. La prestación de servicios lleva a muchas organizaciones a “entrar en el mercado” y a “competir entre ellas” para alcanzar acuerdos, convenios y contratos con las administraciones, advierte Garau.

Alfred Vela, por su parte, recuerda que “el voluntariado no puede ser la tapadera de la administración para dar servicios de menor calidad” y Pilar Pujol reflexiona sobre el tiempo y el esfuerzo que supone para las entidades articularse con las administraciones.

Más participación interna

Como señala Pilar Pujol, los esfuerzos para alcanzar resultados tropiezan muchas veces con los esfuerzos para fomentar la participación de trabajadores, voluntarios y socios dentro de las propias organizaciones Se trata, dice, de “una dicotomía que pone en duda la legitimidad de nuestras organizaciones a la hora de articular intereses”.

“Qué rol debe tener el asociacionismo en la sociedad? ¿Es legítimo hacer valer su voz en determinadas cuestiones? ¿Qué aporta este plus de participación si las propias entidades no fomentan su participación interna?”, se pregunta Carles Armengol.

Y en el aire aún otras preguntas para la reflexión que surgieron en el debate: ¿Cómo hacer una apuesta más firme para la participación externa e interna? ¿Cómo reforzar el trabajo en red? ¿Es necesario contar con un código de comportamiento y competencia? ¿Asociaciones de inmigrantes o inmigrantes en las asociaciones? ¿Cómo articular voluntariado tradicional y voluntariado virtual? ¿De qué manera pueden las entidades de voluntariado participar en la gobernanza y aumentar su incidencia política?

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