"Los voluntarios nunca dejan de aprender"
Fecha: 16.03.2012 | Fuente: www.elperiodicodearagon.com
La formación es el centro neurálgico de la práctica del voluntariado, y el punto de partida de cualquier acción voluntaria.
Voluntarios que enseñan y aprenden.  

Esta vuelta a las clases, que todos los miembros aceptan de buen grado, permite que sus miembros desempeñen su labor con más eficacia. Además, les permite conocer a fondo su ciudad y cualquier evento al que se enfrenten. Y por otro lado, son un buen lugar para hacer amigos, intercambiar chistes y experiencias, y generar el sentimiento de comunidad que caracteriza al cuerpo municipal.

Así, los programas formativos se diseñan y estructuran en torno a las posibilidades, capacidades y preferencias de cada persona voluntaria, prestando atención a su disponibilidad horaria, proximidad de los barrios, estudios, o incluso alguna discapacidad. Estas acciones, gracias a las cuales "los voluntarios nunca dejan de aprender", según indican desde la organización, "nacen de las necesidades de los propios participantes y de los planteamientos que realizan los propios técnicos municipales que supervisan y gestionan los programas formativos".

De este modo, la formación da una visión global de los contenidos, la organización, los derechos y los deberes y da a conocer a las personas voluntarias el catálogo de puestos para que elijan sus preferencias. Así todo el mundo puede participar en lo que más le guste, algo que no se puede decir de todas las organizaciones.

Opciones

Pero aquí no acaba la cosa. Una vez trabajando en su puesto preferido, todavía se requiere participar en alguna clase que capacite para el desempeño de la actividad elegida, ya sea el medio ambiente, el cuidado de los mayores o de discapacidados, o la colaboración en deportes y eventos. Desde el cuerpo municipal señalan que la formación especializada ajustada a cada función permite desde dar calidad a los contenidos de las conversaciones --hablar de lo que hay que hablar-- hasta dar valor añadido a los actos que cuentan con la presencia de voluntarios.

En todo caso, las formaciones para desempeñar este tipo de acciones voluntarias no son una competencia exclusiva del cuerpo municipal. Desde la Coordinadora de Voluntariado en la Acción Social también se ha realizado la planificación formativa según las necesidades concretas de las propias entidades a la hora de realizar sus actividades: según colectivos destinatarios (salud mental, infancia, juventud), metodologías de trabajo (cuidadores, juegos coeducativos, recuperación de riberas..), habiendo participado 150 personas de entidades sociales de la ciudad en cursos adaptados a grupos concretos de voluntarios (de 10 a 15 personas).

Además, hay que destacar que la Escuela Vecinal de Zaragoza ya lleva varios años favoreciendo la formación de todos aquellos ciudadanos que colaboran en el marco de las juntas de distrito y vecinales: presidentes, vocales o colectivos; realizándose una programación formativa apropiada para ello.