«Ahora, muchos voluntarios son personas mayores, pero
los jóvenes son los que tienen la fuerza para hacer el cambio», aseguró
Rakel Álvarez, técnico de Gizalde, que organiza estas jornadas junto
con la Agencia Foral de Voluntariado y el consejo de estudiantes de la
UPV. El vicepresidente de este último, Gorka Maiztegi, comentó además
que «en esta época de la carrera, con la vida menos "fija"», los
universitarios pueden implicarse más.
Un voluntario de la ONCE ofreció paseos a ciegas en un
tándem de dos plazas: «Es una sensación rara, pero es lo que siente un
ciego y para él, eso es lo normal». Ingenieros sin Fronteras con sus
cocinas solares, demostró, como concluyó una visitante, que «sin prisas y
en el carajo del mundo, puedes tener comida caliente si hace sol». Hubo
fútbol en sillas de ruedas, comercio justo, bolos...
«Cuando te implicas ves que ganas más de lo que das. Es
un tópico, pero es así. Yo llevo en esto desde los 15 años, tengo 34 y
sigo. Algo me aportará», añadió Rakel Álvarez. ¿Qué es? «Creer que las
cosas pueden cambiar. Yo ya sé que no cambio el mundo, pero entre
todos...».