La crisis económica deja aún más solos a quienes dependen de la ayuda
Fecha: 28.08.2008 | Fuente: lavanguardia.es
Las ONG más afectadas son aquellas que captan socios sólo con emotividad | El donante regular no abandona la solidaridad pero tal vez reduce su cuota mensual
Francesc Torralba - Director de la cátedra Ethos de la Universitat Ramon Llull  
No disponemos de una experiencia previa que nos sirva para calibrar hasta qué punto la mermar nuestro esfuerzo Cuando España vivió su último batacazo económico, a principios de los años 90, lo que hoy entendemos por tercer sector era una suma de voluntariosas iniciativas humanitarias aún por madurar como grupo de presión. La crisis le llega a la coperación española en su momento álgido y con un mayor ámbito de actuación. ¿Significa eso que una caída de los ingresos obligará a suspender determinados proyectos en el Sur?

"La gente del Tercer Mundo siempre es la que más sale perdiendo de las crisis. La alimentaria ya afecta a programas de nutrición, pero también de salud, pues un niño mal alimentado no responde al tratamiento del sida", lamenta Paloma Escudero, directora ejecutiva de Unicef en España. La ONG no ha notado aún el impacto de la crisis, aunque la prueba de fuego será la campaña de navidad, cuando gran parte de los españoles se plantean apoyar una organización. "Hay que garantizar la asistencia inmediata, de modo que ninguno de esos proyectos va a quedar suspendido. En todo caso, se iniciarán con menos partida presupuestaria".

Unicef tiene 175.000 socios con una fidelidad alta, de diez o doce años. Son su gran fuente de ingresos: el 87% de su presupuesto, que en 2007 alcanzó los 57 millones de euros. Este organismo de Naciones Unidas no ha registrado más bajas de lo usual pero, como el resto del sector de la cooperación, sabe que no puede ignorar lo que se avecina.

"Lo que pasa en estos ciclos estamos por descubrirlo -afirma Marcos Concepción, director de la asociación Fundraising-; la tendencia es a que haya bajas entre los socios de las ONG y, aunque de momento no son exponenciales, en cuanto las familias noten la crisis, la notaremos nosotros". La actual situación no altera la respuesta de donantes a las emergencias, si bien con esos fondos no puede trabajar una ONG. Por otra parte, algunos donantes no llegan a darse de baja, pero sí reducen su contribución a la mitad, dando ahora seis euros al mes donde antes daban doce. Las ONG, por su parte, piensan reducir antes gastos internos que dejar proyectos incumplidos.

Acción contra el Hambre es una de las ONG que ha registrado un número de bajas a tener en cuenta: el 50% más respecto al porcentaje de bajas del año anterior, si bien gran parte de sus ingresos proceden de los fondos públicos. "Tenemos menos donaciones, pero a las personas que colaboran les cuesta darse de baja. Les gustaría seguir donando. Saben que esas pequeñas cantidades mensuales son muy importantes para las personas que viven con menos de un dólar al día", asegura Carmen Gallo, directora de márketing de la ONG.

Los padrinos, por el momento, no abandonan las ONG, aunque su crecimiento es cero. En Ayuda en Acción, una organización que se nutre en un 75% de apadrinamientos, la crisis se hace notar en lo que destinan las empresas a Responsabilidad Social para la cooperación internacional, que ya de por sí es una partida reducida, afirma Marta Macias, delegada de Catalunya y Baleares.

La crisis obliga a imaginar hipotéticos escenarios, con donantes públicos que habían proyectado incrementar sus fondos para ayuda humanitaria y desarrollo, pero que están revisando sus planes de acción a cuatro o cinco años vista, rebajándolos. En Intermón Oxfam (IO), como en Médicos sin Fronteras (MSF), lo que está costando es captar nuevos socios, nuevos donantes, pero no se registra un volumen de bajas importante. El 75% de los 80 millones de euros anuales de IO son privados, y más de 30 millones proceden de su base de socios.

"Ese es el dinero que nos da más libertad de acción", dice la directora de IO, Arián Arpa. "El que proviene de socios y donantes es garantía de independencia política, de estabilidad en el tiempo y de libertad a la hora de priorizar actuaciones y ser más reactivos y flexibles". En cuanto a los fondos oficiales para cooperación, Arpa recuerda que "la sinceridad de la lucha contra la pobreza no se ve cuando las arcas están llenas sino en los aprietos".

Para Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade, la situación tiene su lado bueno: unos años de decrecimiento le permitirán al creciente sector de la solidaridad reflexionar y fortalecerse. El frenazo navideño, explica, ya se hizo sentir el año pasado, con la crisis de confianza por los escándalos de Anesvad e Intervida. La transparencia y rendición de cuentas va a ser decisiva para recuperar socios. Por otra parte, Carreras augura que las ONG que han utilizado campañas más emocionales para captar socios serán las que los perderán más fácilmente.

En cuanto a los patrocinios empresariales, las ONG saben que en los próximos años lo van a tener más difícil: las empresas que hayan integrado la Responsabilidad Social como parte de su identidad mantendrán probablemente sus actuaciones, mientras que las que vieron sobre todo una oportunidad en el patrocinio recortarán estas partidas.

---------------------------------------------------------------
¿Es inevitable que en situaciones de crisis la solidaridad sea un valor a la baja?

FRANCESC TORRALBA ROSELLÓ - Director de la cátedra Ethos de la Universitat Ramon Llull  - 28/08/2008

En épocas de crisis se calibra la madurez de una sociedad; si sobra comida es fácil ser solidario

Nadie sabe, a ciencia cierta, las proporciones que va a adquirir la crisis económica. La economía nunca fue una ciencia exacta y resulta arriesgado hacer pronósticos a largo plazo. De lo que no cabe ninguna duda es que la crisis siempre afecta, más gravemente, a los colectivos más vulnerables, a esos que, en tiempos de vacas gordas, avanzan con dificultad, pero que cuando la crisis acecha padecen verdaderas dificultades para llegar a final de mes. Las ONG que atienden a estos colectivos, que mejoran su calidad de vida o, cuanto menos, velan para que puedan tener una vida lo más digna posible, están empezando a notar los efectos de la crisis. Las administraciones del Estado recortan el presupuesto dedicado a tales menesteres. Ello obliga a las ONGa realizar una labor que, dicho sea de paso, en muchos casos, el mismo Estado debería realizar, pero la verdad es que, ya sea por ineficacia o por incapacidad, delega a las ONG, para que éstas lo realicen con presupuestos miserables. ...

URLs relacionadas