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Foto: Félix Morquecho | |
Félix Morquecho. Se han jubilado o prejubilado, pero están sobradamente
preparados. La sociedad de desarrollo comarcal Debegesa ha apostado por
aprovechar ese valor intangible y lo hace a través del programa
"Mentoring".
Esta iniciativa pone en contacto a una persona veterana
con un emprendedor. Uno de los primeros en participar ha sido Iñaki
Letona, que se ha convertido en mentor de Nagore Tena, una mutrikuarra
de 34 años responsable de la empresa de fiambreras Yan Arte. «Llegué a
un punto de bloqueo, de desmotivación. Necesitaba algo para cambiar»
recuerda sobre un proyecto que lleva adelante de forma individual. Desde
Debegesa se le planteó la posibilidad de contactar con un mentor. «Me
dije, tengo que hacerlo y contar con gente que tiene experiencia».
Así conoció a Iñaki Letona, químico industrial que
participó en el nacimiento de Tekniker y fue durante 18 años director
general del centro tecnológico Gaiker-IK4. «Nagore ha superado unas
cuestiones. Estaba en una situación de impasse, le hacía falta un
empuje, alguien con quien contrastar las opiniones. Ahora ya ha
demostrado que su proyecto es vendible y empieza otro paso». Hasta
llegar a este punto, ambos han celebrado reuniones de dos horas, una vez
por semana, durante varios meses. Este mes, Nagore presentó los pasos
dados al resto de mentores. «Ha sido un antes y un después» explicaba.
«Me ha hecho ver muchas cosas. Es una experiencia importante que me ha
servido para poner en actividad la empresa. Me ha abierto los ojos».
El camino emprendido ha servido a la firma Yan Arte para
llevar a la acción los planes que hasta entonces se quedaban en el aire.
«Tú no le dices lo que debe hacer» afirma Letona. «Lo que se hace es,
en base a preguntas, ir descubriendo lo que demanda la persona
mentorizada. Le haces que vaya descubriendo por sí misma. Ese es uno de
los pilares».
Iniciar un proyecto empresarial nunca ha sido sencillo,
pero es fácil que llegue un momento en el que no se sabe por dónde
seguir. En el plano práctico, las propuestas y las preguntas de Iñaki
Letona sirvieron a Nagore Tena para ver otras posibilidades en su
producto. «Me pone tareas» recuerda. «La primera vez me mandó a un
supermercado para ver qué productos serían buenos para complementar a
Yan Arte». Así, se dio cuenta de que un elemento como una fiambrera se
podría convertir en recipiente para distintos productos. «La gente
compraba la Nocilla pero luego se quedaba con el vaso» compara. Así, la
marca que impulsa la mutrikuarra se encuentra en un momento importante
tres años después de iniciar su producción.
Técnicas para pensar
Después de haber realizado cursos sobre mentorizaje,
Iñaki Letona defiende esta práctica. «Se utilizan técnicas para pensar,
para permitir que afloren ideas, y así se van abordando las trabas, los
problemas y las vicisitudes con las que se encuentra el proyecto». Eso
hace que el emprendedor vaya logrando un nuevo enfoque de su empresa.
Para una persona que ha ocupado puestos de responsabilidad durante su
vida laboral no es sencillo desprenderse del compromiso. «La
responsabilidad es algo que llevas en la mochila. Pero hay que dejar el
sentimiento aparte. Hay que escuchar» señala el mentor. «Sutilmente se
señalan los itinerarios. El mentor tiene que descubrir el grado de
compromiso que tiene un emprendedor».
El proceso no es corto ni superficial, pero tampoco tiene
una duración marcada. Se acaba cuando ya no hace falta, «aunque la
puerta no termina de cerrarse» indica Letona. Los beneficios para el
mentorizado son claros. Para el mentor, se sitúan en otro ámbito. «Te
queda la satisfacción de que has podido ser útil, tu experiencia ha
servido y alguien puede aprovecharlo» señala Letona. Pero no hay grandes
secretos. «La clave es que trabajes. ¿Por qué cuanto más trabajo, más
suerte tengo?».
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