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La
encuesta, encargada por la Fundación Charity Project de EIRISiy en la que han participado 2.000 personas adultas del Reino Unido,
demuestra que el 52% de la sociedad británica sería
reacia a hacer donaciones a una ONG que estuviera invirtiendo en
contra de sus objetivos, y más del 31% de los encuestados
donarían con menos probabilidad.
Casi
todas las personas interrogadas (el 91%) convienen en que las ONG
deberían invertir su dinero de manera ética o
socialmente responsable, lo que demuestra una divergencia entre las
expectativas de la sociedad y el número de ONG que actualmente
invierten éticamente – un estudio de 2006 de ACCA -
Asociation of Chartered Certified Accountants - reveló que
sólo el 55% de las ONG británicas más
importantes disponen de una política de inversión con
criterios éticos.
Por
otro lado, el estudio muestra que la sociedad británica desea
saber lo que hacen las ONG con su dinero: cuando se les pregunta
sobre la importancia de saber dónde y cómo invierten
las ONG, el 41% de los ciudadanos opinan que es muy importante,
mientras que apenas el 11% lo valora con un 4 o menos (sobre una
escala del 1 a 10, donde el 10 supone máxima importancia).
La
encuesta realizada destaca así el interés creciente de
la población inglesa acerca del modo de financiación
del tercer sector, y el doble riesgo de reputación y de
ingresos al cual se enfrentan las ONG que no gestionan sus
inversiones en coherencia con su misión. Debido a la actual
crisis financiera, muchas ONG están preocupadas por la
potencial caída de los ingresos procedentes de donaciones. Por
tanto, es crucial que las ONG mantengan la confianza de la sociedad y
no pierdan donantes a causa de sus políticas de inversión.
Peter
Webster, Director Ejecutivo de EIRISii,
explica que “la inversión ética es algo que cada una
de las 25.000 ONG inglesas que realizan inversiones deberían
tener seriamente en cuenta, ya que proporciona al tercer sector
oportunidades reales para alcanzar sus metas. Si cada libra de entre
los 56.000 millones invertidos por parte de las ONG británicas,
se gestionara bajo criterios éticos, esto lanzaría un
poderoso mensaje al mundo empresarial en términos sociales,
medioambientales y de comportamiento ético.”
¿Y
en España, que importancia dan las ONG a la inversión
ética?
Según
los resultados del estudio “Adecuación
de Demanda y Oferta en Inversión Socialmente Responsable en
España”, realizado a finales de 2006 por la fundación
Economistas sin Fronterasiii,
en nuestro país se necesita una verdadera labor de
sensibilización entre las organizaciones no lucrativas, para
que éstas consideren la inversión ética como una
opción más de actuación en consonancia con sus
principios.
En
efecto, los resultados de las encuestas demostraban que, aunque el
84% de las ONL encuestadas declaran conocer la ISR, un alto
porcentaje de ellas (el 40%) confunde los productos socialmente
responsable y solidarios, así como los términos RSC/RSE
(responsabilidad social corporativa o empresarial) y acción
social, lo que muestra, en la práctica, bastante
desconocimiento. Quizá como consecuencia, el porcentaje de
organizaciones que invierte en productos ISR es bastante débil
(el 32% de las encuestadas a finales de 2006). Y dentro de este
grupo, que en su mayoría invertía en fondos de
inversión ‘éticos’, únicamente el 45% de las
ONL contaba con una política de inversión para
productos ISR. Las ONL que no contratan productos ISR, se justifican
principalmente porque no realizan inversiones (según un 75%),
y porque no hallan un producto que les interese.
El
perfil inversor de las organizaciones sociales que ofrece la encuesta
las plantea como inversores conservadores, que buscan principalmente
adecuación con sus valores organizativos y un bajo riesgo
(sólo el 18% de los encuestados apostaba por la rentabilidad).
Así, la mayoría prefiere productos de ahorro y de renta
fija. Las organizaciones
sociales se muestran más críticas con malas actuaciones
en RSE, que respecto de los malos resultados económico-financieros
por parte de las empresas. Sin embargo, sólo un 4% estaría
dispuesto a denunciar este tipo de situaciones en una junta de
accionistas, lo que choca con el espíritu reivindicativo y de
transformación social supuesto a estas organizaciones, y
demuestra la escasa implantación en nuestro país de
estrategias de activismo accionarial.
Según
EsF, el papel de las instituciones financieras es clave a la hora
desarrollar la ISR (son ellas quienes proponen los productos a sus
clientes, particulares o institucionales y deben desarrollar
productos adaptados a sus necesidades), pero las organizaciones
sociales no deben olvidar su responsabilidad al respecto: Las ONL
tienen que asumir su capacidad para exigir productos financieros
acordes con su misión y valores, para pedir transparencia a
las empresas y a las entidades financieras, así como para
difundir en la sociedad el conocimiento de la ISR. El tercer sector
español debería interiorizar las inversiones éticas
o socialmente responsables como una herramienta más de cambio
social, como otra vía para conseguir sus objetivos.
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La
fundación Charity Project de EIRIS incrementa el conocimiento
y la comprensión de la inversión ética entre
las ONG. Construye la capacidad del tercer sector en desarrollar e
implementar una política ética realizando estudios de
comportamiento, produciendo recursos y publicaciones y organizando
eventos. También puso en marcha una página web
(www.charitysri.org)
que proporcionar informaciones claras, accesibles e independientes
sobre la inversión ética de las ONG, sus socios y sus
consejeros.
iiLa
Fundación EIRIS (www.eiris.org)
es una organización no lucrativa, establecida en 1983, que
apoya a la inversión ética. Investiga sobre los
aspectos sociales y éticos de las empresas y proporciona a
otras ONG información y consejos, para permitirles elegir
inversiones que no entren en conflicto con su trabajo. Ethical
Investment Research Services (EIRIS) Ltd, empresa filial de la
Fund
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