El significado de ‘pringarse’ de solidaridad
Fecha: 18.02.2013 | Fuente: www.lacronicadeleon.es
El artista Jesús Pombo pasó de ceder dos estatuas a impartir clases a los chicos de Aspace
Foto: www.lacronicadeleon.es  
A.Torres. Parece un jueves cualquiera de invierno pero no lo es. Parece una conversación más pero dista mucho de serlo. Parece que dialogan sobre un tema intrascendente pero nada más lejos de la realidad.
En verdad se trata de una charla entre dos amigos, de Juanjo y de Jesús, que hablan uno a uno –y demostrando que cada persona es importante– de los chicos que forman parte de Aspace. El primer interlocutor es Juan José García Marcos, presidente de Aspace León, y el segundo es Jesús Pombo, un escultor que ha dado un paso más en el camino de la solidaridad (aunque en su discreción le cueste reconocerlo).

Todo empezó hace algo menos de un año cuando Pombo “por amistad” con Juanjo decidió ceder a la Asociación para la Atención de las Personas Afectadas de Parálisis Cerebral y Encefalopatías Afines (Aspace) un par de esculturas que tenía en su taller. Tras el acto de presentación algo se removió en su interior y se convenció de que no era suficiente con una donación. Él había cedido dos esculturas, sí, pero él no iba a ser otra ‘estatua’ más.

Transcurrió poco tiempo hasta que se puso manos a la obra. Los jueves por la mañana tiene una cita indispensable con los usuarios de Aspace. Son grupos de ocho o nueve chicos que durante hora y media se expresan con la arcilla. Y ahí está Pombo para moldear con ellos “lo que salga”, poco importa que se trate de una careta, un cenicero, una vela... o un “trozo” sin más.

Disfrutan de ese tiempo en común: Pombo como artista que “regala” su experiencia con la arcilla y los propios chicos, que sólo con la ilusión que desprenden al decirle “hola” se lo han dicho todo.

Sin que nadie se moleste, Pombo reconoce que Jorge es quizá el más artista del grupo y Jorge sonríe cuando le preguntas si le gusta “mancharse” con el barro. A su lado está Casilda que parece saberse todas las canciones y en la otra mesa se sienta el más veterano del grupo que es ayudado por una voluntaria para sacar adelante su figura.

Entre las anécdotas que Pombo guarda en la memoria, recuerda cómo una de las usuarias le dejó sin palabras cuando le preguntó: “¿Por qué no me adoptas?”. Desconoce el motivo pero se quedó sin respuesta, aunque sí sabe que estos chicos le han hecho ‘pringarse’ de solidaridad y han traspasado ese carácter algo rudo que, dice, puede tener (en un principio).
Los jóvenes le piden que guarde todas sus obras y quizá algún día podrá hacerse una exposición, sin más pretensiones que cumplir un sueño de los ‘artistas’ de Aspace. Pombo tendrá que abandonar temporalmente estas clases (que continuarán asumiendo sin problemas una técnico y una voluntaria) pero antes diseñará una vela cuyo molde copiarán los chicos para venderlas.

Esta nueva iniciativa es una colaboración con la ONG Sed que han propuesto a los chicos de Aspace elaborar unas 300 velas a partir de un modelo que diseñará Pombo para que ellos puedan pasar a cera y colocar el pábilo.

Y atento a todo está el presidente de Aspace que vive por y para esta asociación. Lo demuestra hasta en el más mínimo detalle, admite estar ‘enganchado’ a estos chicos y recuerda cómo entró en Aspace por una nieta y ahora se considera ‘abuelo’ de los 80 usuarios.

Sabe que el complejo de San Feliz de Torío está “infrautilizado” y, lejos de reclamar dinero, solicita programas ocupacionales. Es el ‘guante’ que lanza a instituciones y empresas para que se suban al andén de la solidaridad. Un andén que para justo enfrente del centro de Aspace y que está deseando recibir pasajeros cargados de solidaridad.